El destete es visto, en muchas ocasiones, como el patito feo de la lactancia. No siempre somos capaces de comprender la profundidad que esconde este momento transformador, aunque sí podemos sentir el torrente emocional que nos inunda cuando lo vivimos.
Este proceso no es simplemente una transición física; es una experiencia cargada de significados emocionales y relacionales. A menudo, el destete evoca una mezcla de sentimientos: alivio al recuperar una parte de nuestra entrega física, tristeza por el cierre de esta estapa y, en ocasiones, incertidumbre sobre el nuevo espacio de relación más allá de la lactancia. En este sentido, el destete puede resonar con memorias invisibles de nuestra propia historia que están grabadas en el cuerpo.
Durante esta etapa, es normal que nuestro cuerpo conecte con emociones y recuerdos que pueden haber estado latentes. Las experiencias pasadas, tanto positivas como desafiantes, pueden influir en nuestra percepción del destete, haciéndonos sentir vulnerables o incluso abrumados.
Es fundamental que el acompañamiernto de este proceso, sostenga todo el movimiento emocional y neurobiológico que se da en esta etapa. Nuestro enfoque se centra en ofrecerte el espacio necesario para sentir y escuchar lo que las memorias resguardadas en tu cuerpo tienen que ofrecerte durante esta transformación. A través de la conexión y la presencia, podemos explorar juntas las emociones que surgen y ayudarte a navegar este momento con mayor conciencia y compasión con tu propio cuerpo.
Permítete vivir este viaje con plenitud, entendiendo que no solo estás ayudando a tu hijo/a a crecer, sino también a ti misma a sanar y a conectar con tu propia historia. Estoy aquí para acompañarte en cada paso del proceso, para que puedas abrazar esta etapa con amor y presencia.